Semáforo

Amarillo

Tres carros bajan la velocidad. Las ventanas de uno permanecen abiertas. Las del otro, medio; y el último, cerradas.

Rojo

Se detienen todos. Uno detrás del rayado. Otro sobre, y el último delante.

Aún en el rojo

De estos carros se escuchan diferentes ritmos musicales a un volumen tan monumental como el tamaño de las cornetas. Las nalgas de los conductores vibran por los altos decibeles.

Faltan diez segundos

El conductor del primer carro observa al del segundo: Bruto de mierda, se dice. El segundo observa al último: Este se pasó. El último observó a los dos: Saldré primero que ustedes. El Reggaetón, Rock y Salsa resuenan en la larga cola mientras los vendedores ofrecen cualquier cosa a las ventanas.

 Verde

Las cornetas de los otros carros anuncian el cambio de luz. Los tres conductores suben volumen de sus equipos de sonido. Luego los tres pies pisan los tres aceleradores. El primer carro choca al segundo y el segundo al último.

El conductor del último carro se baja y desenfunda su pistola: ya no hay tres conductores que escuchan música. Solo los gritos opacan el Reggaetón, Rock y Salsa. El semáforo vuelve al color amarillo como la sequía que irradia de calor a los de atrás que con curiosidad se preguntan el motivo de la cola. Debe ser que están escoltando a alguien importante, dijo uno de ellos.

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